viernes, 11 de noviembre de 2011

Ensayo 2

LA PEDAGOGÍA EN EL SIGLO XXI

La etapa de estudiante es quizás, la más difícil pero al  mismo tiempo la más enriquecedora, ya que nos brinda la oportunidad vivir grandes experiencias y de aprender minuto a minuto en compañía de los maestros y compañeros en la convivencia diaria. Ésta época resulta ser inolvidable para casi todos los estudiantes, ya que, en ella aprender a escribir, leer y hablar y con ello a expresar sus emociones, al igual, conocen el valor de la amistad, la responsabilidad y un sinfín de habilidades, pero para otros es un fase sin sentido y con muchas interrogantes.

La educación que se imparte en la escuela dista de ser tan eficiente como realmente se presume, pues desgraciadamente no se trabaja de manera conjunta con padres de familia, maestros, autoridades educativas y alumnos. Actualmente hablar de educación resulta ser un aspecto muy amplio, por que comprende muchos agentes internos y externos a la escuela; en pleno siglo XXI podemos observar que los niños y alumnos ya no son los mismo de hace 10 años, en cuanto a su comportamiento y forma de expresarse, pues están influenciados por los medios de comunicación, no en vano se dice que vivimos “la era de la tecnología” pero, el problema no radica en esta invasión, sino en la falta de orientación para darle un uso correcto a esta maravilloso avance.

El milenio actual es producto de diversos acontecimientos,  hoy por hoy se han dado importantes avances, principalmente en materia de ciencia y tecnología, y en procesos de comunicación, así como en la revolución respecto a los derechos humanos y al mismo tiempo la preocupación sobre los valores que han de prevalecer y ejercer los mexicanos a lo largo y ancho del territorio nacional.

Es importante resaltar que el Estado mexicano reconociendo el panorama social del país ha lanzado una "lucha" para fomentar los valores, específicamente en la población escolar infantil. Asimismo de la incorporación de nuevas técnicas en preescolar, primaria y secundaria, que abarcan la ética y el civismo desde una nueva concepción.

 Estas iniciativas no son accidentales, por el contrario se puede decir que, si se están abordando estos temas es por qué se está consciente de la inseguridad y la falta de valores en jóvenes y adultos de nuestra nación, por otro lado, demuestran la atención de las autoridades hacia la resolución y mejoramiento en el área de los valores y la conciencia cívica entre los ciudadanos mexicanos; y al mismo tiempo, expresa la emergencia y demanda de la sociedad civil para asegurar que en un par de décadas más, los adultos encargados de administrar a la República lo hagan con estructuras de pensamiento diferentes y más sanas.

No se requiere de la inversión de recursos millonarios en publicidad y propaganda para crear la democracia. "La democracia se aprende, se cultiva hasta hacerse un hábito, una cultura. De esta forma la escuela pública mexicana se convierte en el escenario propicio para dar inicio a un proceso educativo sobre la vida democrática.

En cuanto a educación se refiere, la historia de la escuela mexicana ha tenido sus matices políticos, ideológicos y en consecuencia una amplia variación en el enfoque y contenidos, sin embargo, es preciso rescatar lo que a fines del siglo XX y principios del XXI vivió la escuela pública del país, al incorporar la creación de la escuela inclusiva: que fomente el respeto a la diversidad; y se enseñe a tolerar la diferencia. Aunque en la práctica, esto es ya una realidad y contemplamos también sus propios conflictos en la construcción de una nueva escuela, es necesario reflexionar sobre hasta dónde pretendemos llegar y que tan dispuestos y comprometidos estamos para cumplir ésta propuesta.

El hecho es que ya inicio este proceso educativo sustentado en nuevas formas de relación y con fundamentos para la convivencia democrática. Sin lugar a dudas la educación pública y los problemas de México son como dos vidas paralelas y convergen una y otra vez. Lo que todos nosotros debemos comprender es que los retos que enfrentan las naciones son también los que enfrenta la educación.

De ahí que uno de las estrategias para alcanzar la educación para la democracia en este nuevo siglo sea el de incrementar y mantener esta visión de la nueva educación que comienza a regir en nuestros infantes de aquí en adelante. Una enseñanza que cambia por completo la relación con la autoridad y las expresiones que la mediatizan. Es a su vez, un ejercicio educativo que posee la capacidad de delimitar una nueva relación alumno-maestro. Una relación donde quepan muchas opiniones y que implica un conflicto, pero que al mismo tiempo logra descubrir nuevos horizontes. Respetar lo diferente y tolerar la sana insolencia habla muy bien de un país: expone su madurez e inteligencia en la construcción y cultivo diario de la democracia.

Pero, por desgracia la democracia y la pérdida de valores no es lo único que caracteriza este siglo XXI, por el contario o igual de problemático, se encuentran los medios de comunicación y la tecnología donde el principal conflicto radica en la falta de conciencia y educación para manejar estas herramientas tan beneficiosas.

La televisión es uno de los medios más influyentes en nuestros días, desafortunadamente por el ritmo de vida que tenemos, la mayoría de los padres de familia trabajan, permitiendo de esta manera que la T.V se vuelva la mejor compañía de sus hijos al pasar gran parte de su tiempo junto a ella; si bien es cierto que en dichos aparatos pasan programas productivos que los niños, jóvenes y adultos aprovechan, también es muy cierto que se le presenta contenido alto para determinadas edades y que la no tener la orientación de un adulto lo interpretan a su manera creando dudas y confusiones que más tarde se vuelven en verdaderos conflictos.

Así como la T.V es un factor muy influyente en la vida actual tenemos la presencia de un agente, que en lo personal es el que tiene mayor influjo en este momento en toda la sociedad, sí hablo del internet, esta maravillosa herramienta que nos permite conocer los desconocido, ver y escuchar todo lo que nuestra mente puede imaginar. Internet se ha convertido en una increíble herramienta de información y comunicación, pero también puede llegar a ser un recurso comprometido si los menores acceden a la red sin una supervisión y un asesoramiento adecuado.

Basta mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta que estamos impregnados de dicha tecnología las redes sociales se han apoderado de las personas, existen quienes pasan horas enteras frente a su computadora, olvidándose por completo de las personas que están en su entorno, este tipo de acciones son las que suelen ser preocupantes, pues está haciendo que los seres nos volvamos más aislados, el dialogo se pierda y que aquella relación estrecha e indispensable entre padres e hijos se pierda día a día.

 El internet, el televisor, los video juegos, el celular; las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se han convertido en algo habitual en el día a día de las personas, y los menores conviven con ellas desde que nacen, por lo que pronto se convierten en algo natural en sus vidas y pueden aportar elementos positivos en su desarrollo: acceso a la información, incentivar la comunicación, la colaboración y ampliar formas de diversión.
Debido a la influencia que estos avances ejercen en los menores, la familia no queda ajena a estas transformaciones y a muchos padres les provoca una sensación de vértigo, desconocimiento, impotencia e incertidumbre en su vida cotidiana.
Regular y conocer el uso de las TIC es una experiencia a la que se enfrentan los miembros de las familias, que repercute en las relaciones familiares y en el papel que cada uno desempeña en las mismas. El hogar y la escuela se configuran como los espacios preferentes para la adquisición de pautas y criterios sobre el uso de las TIC. Por eso, los padres y madres deben enseñar a sus hijos e hijas a aprovechar las posibilidades de estos sistemas y hacer un buen uso de los mismos.
Como parte de la sociedad tenemos una responsabilidad muy grande, que consiste en hacer conciencia de todos nuestros actos y acciones, es válido detenernos a pensar si realmente esto es lo queremos para nuestros alumnos, sobrinos e hijos, pensemos en la influencia que tiene la tecnología y la pérdida de valores de manera negativa en nuestro mundo, la falta de comunicación y esa visión basada en lo material es lo que nos está acabando como país, cada quien ve por sus intereses, y busca solo su bienestar volviéndose egoístas y despreocupados por el bien común, mejorar la democracia, la seguridad y la educación hacia la tecnología y medios de comunicación es algo que puede realizarse solo falta ganas y empeño.

No hay que olvidar que la tecnología otorgan múltiples oportunidades y beneficios: favorecen las relaciones sociales, el aprendizaje cooperativo, el desarrollo de nuevas habilidades, nuevas formas de construcción del conocimiento y el desarrollo de las capacidades de creatividad, comunicación y razonamiento. Esto debemos tenerlo muy en cuenta.

En el ámbito familiar, al reconocer la ventaja tecnológica que tiene la juventud, sobre los adultos, se abre un nuevo espacio de participación en la familia. Así las TIC, lejos de convertirse en un elemento de aislamiento, bien utilizadas podrían ser un canal de comunicación entre los miembros del hogar y no un motivo de disputa. Ante esta postura favorable del uso de las TIC por las y los jóvenes, existe una postura de mesura, la cual indica los posibles problemas que puede causar el uso inadecuado de las mismas; por ejemplo: adicción, aislamiento, contenidos inadecuados y/o violentos.

En pocas palabras, este podría ser el sueño de las naciones en el mundo, la meta ideal a la que aspiran todos los pueblos del planeta, todos desean mejorar pero nadie hace nada radical. La realidad límite que en la actualidad viven millones de mexicanos mediatizados por la pobreza y la desigualdad social, nos replantea la necesidad de realizar las correcciones pertinentes. No debemos temer dar el primer paso, después de todo lo que está en juego es el futuro de la humanidad.






Lic. Virginia de Lourdes Pacheco Almeyda.

reflexión 4

                                    La educación en el paso del tiempo.

La historia es una ciencia muy interesante que a pesar de que, nos cuenta sucesos pasados, nos remonta siempre al presente, pues nos explica el por qué de la situación actual que vivimos, afortunadamente  ello ocurre en todos los aspectos tanto en política, en lo social como en educación, ahora nos damos cuenta que, a pesar de los años transcurridos, el sistema educativo conserva muchos legados de la pedagogía contemporánea, si bien es cierto grandes han sido los progresos, pero aun es más cierto que, siguen vigentes algunos métodos de enseñanza, donde se buscaba atender de manera significativa las necesidades de los alumnos.

Actualmente, seguimos viendo la marcada diferencia que se hace entre las clases sociales; podemos observar cómo los hijos aquellas personas con cierto poder económico, no acuden a escuelas públicas por el contario, cuentan con el acceso a una educación privada, y con esto una atención individualizada y la oportunidad de aprender asignaturas extras que no se imparten en una pública.

Desgraciadamente aquellos que no cuentan con tantos recursos económicos, son quienes tiene que conformarse con recibir una instrucción  de menor calidad,  ya que muchas veces no cuentan con la secundaria y preparatoria dentro de sus comunidades, haciendo que sus sueños e ilusiones por superarse se queden estancadas en un simple sueño, a pesar de ser esos estudiantes los que más aprecian las oportunidades que se les presenta.

Las posibilidades de salir adelante no son justas, mucho menos encaminadas a la democratización, pues algunos maestros siguen  privilegiando a los discentes económicamente estables, de esta manera resulta importante reflexionar sobre la manera en que nuestro país va a lograr cambiar si se continua premiando a los que más tienen, con un trato respetuoso, con una mayor oportunidad de superarse, y sobre todo recibiendo una formación escolar más completa a diferencia de los de la clase baja.

Tenemos influencia de grandes pedagogos como; Skinner, María Montessori, Jean Piaget, entre otros, todos ellos aportando en su metodología diversas manera de  hacer de la educación escolar una labor agradable, divertida y sobre todo enriquecedora para el educando, la cual debe de brindar las herramientas necesarias para una formación integral; como agentes activos involucrados en la educación, debemos de implementar y seleccionar aquellas aportaciones que nos ayuden a lograr realmente el progreso de nuestro país.
Como maestros y sociedad en general tenemos la responsabilidad y oportunidad de mejorar nuestro mundo, cada quien es libre de elegir lo que quiere, solo que no hay que olvidar que la decisión de uno casi siempre afecta a los demás, hay que ayudar a quienes menos tienen, contribuir con la calidad y equidad social- educativa.

viernes, 4 de noviembre de 2011

reflexión 3

LA IMPORTANCIA DE LA RELACIÓN MAESTRO – ALUMNO.

La relación profesor-alumno es la base en la cual se deben construir los cimientos de una buena educación; Más allá de transmitir conocimientos, de saber las materias y de hacer clases, el que el profesor quiera a sus alumnos, además de una buena disposición, buen juicio y criterio a la hora de relacionarse con ellos parecen ser la clave para una buena relación entre ambos.
Entendiéndose como tal, una relación armoniosa y respetuosa, ya que si la relación es de miedo u odio nunca se llevará a los educandos a buen puerto.  Pienso que utilizar métodos represivos, domesticar a los alumnos ya sea en base a mano dura o blanda: es una mala consigna pedagógica, en cambio si un docente decide ayudar a sus alumnos y sacarlos adelante; más aún cuando descubre que algunos tienen talento e interés distintos, este docente podría proporcionar a su clase un afán de superación, y así mismo lograría un ambiente más grato dentro del aula, en donde los compañeros se unirían y los haría sentirse como personas que son capaces de superarse y triunfar frente a las adversidades. Podemos cambiar a un alumnado desencantado y hacerle que abandone la vida que lleva por la ilusión de progresar.
    Otro punto que es necesario mencionar es que existe una clara y directa asociación entre la educación y el desarrollo del país y es en función de este último que se hacen los juicios relativos a la formación de profesores, éstos acerca del bajo nivel de educación y necesite mantenerse al día en los desarrollos de su disciplina, para así desempeñar mejor su labor. La vida democrática exige ciertos valores, patrones y estándares, por consiguiente, que deben ser cultivados por el sistema educacional y, consecuentemente, por los agentes educativos más importantes que son los profesores.
La educación es en sí misma un indicador de calidad de vida: alfabetización, niveles de escolaridad general, calidad de la formación y de los aprendizajes. Todo ellos, forman parte hoy día de la plataforma más elemental de la calidad de vida y la educación en su más amplia acepción; este ingrediente es clave en el desarrollo de los otros elementos del concepto integral de calidad de vida. Es necesario entonces mejorar esta situación desde la más temprana educación, ya que los esfuerzos de mejoramiento de la educación básica que repercutirán en la educación superior, y después en la vida laboral.
 La función social del profesor respecto a la formación y orientación de los valores debe  enseñar y ejemplificar a sus alumnos para que sean buenas personas. Lo cual nos da un indicio que debe existir una buena relación entre ambos (profesor y alumno).
No hay nada más cierto que, en la medida en que se  entregue amor en el desempeño de la profesión se recibirán los mejores frutos; ya que una buena relación entre educador y educando desemboca directamente en una educación de calidad en que profesor y alumno aprenden el uno del otro.
Debido a que en la vida, la educación continua es un hecho que no se puede negar, el docente debe superarse a sí mismo todos los días, no con la intención de superar a los demás, ni para ganar más dinero; sino con la única motivación de realizar de mejor forma la noble misión de enseñar, la cual se le ha encomendado.