jueves, 27 de octubre de 2011

ENSAYO DE PEDAGOGÍA

PEDAGOGÍA EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA.

La vida actual es producto del devenir histórico, que a pesar de los grandes descubrimientos y avances científicos-tecnológicos que han impactado el ámbito educativo, han permanecido latentes las diferencias en cuanto a las oportunidades educativas, con referencia a ello podemos mencionar que antiguamente sólo la clase alta tenía acceso  a la educación, mientras que aquellos que pertenecían a  la clase baja eran esclavos de los proletariados, cabe mencionar que la enseñanza estaba a cargo de sacerdotes los cuales pretendían evangelizar.

En otro panorama podemos mencionar que también había escuelas donde se educaba a las personas para pelear preparándolos para la guerra. Lo anterior parece muy lejano pero si analizamos a detalle encontraremos que hoy en pleno siglo XXI hay grandes desigualdades educativas en donde las clases sociales elitistas tienen mejores y mayores oportunidades de accesar a una educación de calidad, por tanto, podemos decir que a pesar de los pasos agigantados en que se mueve la sociedad actual, aun carga en sus espaldas un lastre muy pesado “la falta de equidad”.

Es importante mencionar que también han existido cambios positivos y que la forma de enseñar ha evolucionado, que la finalidad de la educación también cambian, pero sobre todo algo que siempre ha estado y que al parecer seguirá estando, es el hecho de que el maestro y el alumno son sin duda los actores más directos del proceso enseñanza-aprendizaje.

Actualmente, la modernidad no ha cumplido las expectativas de lograr un mundo más justo, democrático, libre, progresista; tras la ruptura del antiguo régimen estos anhelos no se han concretado; por el contrario el desarrollo industrial, así como el científico, el educativo y el tecnológico han proyectado su poder destructivo y una tendencia a establecer grupos humanos privilegiados. Estas circunstancias han generado un malestar creciente contra la modernidad, cuyos efectos son evidentes en la educación, pero más que eso, precisamente es la educación misma donde se forjan los cimientos de esos privilegios para pocos y las negaciones para la mayoría.

Existe la educación pública que cuenta con sustento del estado, pero desgraciadamente es un recurso que no es aprovechado en su totalidad, es decir, hay alumnos que no acuden a escuelas de gobierno, sino a una privada, las razones para hacerlo son muchas: por la atención más individualizada que se le brinda al alumno, por las asignaturas extras que brindan dichos colegios, en resumen lo hacen buscando mayor calidad educativa.
Pero, ¿Qué es lo que en realidad se espera que los alumnos desarrollen al egresar de la escuela? Responder esta pregunta, resultaría polémica, en cuanto a las diversas visiones de cada persona y sus intereses se refieren, aunque con distintas palabras  la gran mayoría llegamos a la conclusión de esperar que nuestros alumnos sean personas libres, autónomas, solidarias, humanitarias, colaboradoras, que sean capaces de resolver problemas valiéndose de los recursos disponibles. Este perfil es lo que siempre se ha esperado, incluso desde la época contemporánea,  muestra de ello la encontramos con en el autor Paulo Freire y su obra “La pedagogía del oprimido” en donde se muestra que en la antigüedad se buscaba que el profesor brindará a sus discípulos una verdadera instrucción, que los hiciera seres capaces de revelarse ante aquellas personas que acaparaban  el poder en sus pueblos, él, nos mencionaba “La verdad del opresor reside en la conciencia del oprimido” Es una forma de interpretar la liberación del hombre hacia su opresor. Y es precisamente el fin último de la educación “formar personas capaces de crear y de influir de manera positiva en su entorno”. Este autor hace una crítica el sistema tradicional de la educación y propone una nueva pedagogía en la cual los educadores y los educandos trabajan conjuntamente para desarrollar una visión crítica del mundo en que viven.  Él pone énfasis en la necesidad de abrirse al diálogo en la educación popular, defendiendo su lenguaje y culturas propias. El teórico defiende la tesis, que dice que la forma cómo se enseña en aula es una didáctica que defiende solamente los interesados de la elite y el lenguaje utilizado por los profesores a los educandos es una ideología elitista que no lleva en consideración costumbres de las clases obreras.

Freire proporciona una nueva pedagogía, en donde su metodología tiene como finalidad la “alfabetización” y postula a la educación como camino hacia la libertad. En su dimensión más amplia, postula la educación como práctica de la libertad. Entiende el quehacer humano como acción y reflexión, teoría y praxis. Una característica de su método es la enseñanza basada en la práctica, ésta está sometida constantemente al cambio, a la evolución dinámica y reformulación. El mismo autor dice que al inicio las personas escriben y no copian, sino que expresan sus juicios y que al escribirlos van adquiriendo conciencia de su participación en la historia.

Menciona también que el educador de vocación humanista al inventar sus técnicas pedagógicas, redescubre a través de ellas el proceso histórico en qué y por qué se constituye la conciencia humana, ya que es el proceso en el que la vida se hace historia. Por ello hombre desarrolla más y más su conciencia crítica, en busca del afloramiento de la verdadera conciencia reflexiva de la cultura, la cual aparece en el preciso instante en que el hombre se historia, en que se constituye como conciencia histórica.

Freire recomienda que sea importante comenzar por escribir su vida, biografiarse, historiarse, como autor y testigo de su propia historia. Ya que el hombre es como un ser en el mundo y con el mundo. Lo propio del hombre, su posición fundamental, es la de un ser en situación; es decir, un ser introducido en el espacio y en un tiempo que su conciencia intencionada capta y trasciende.

Es importante señalar que sólo los oprimidos liberándose, pueden liberar a los opresores. Que éstos en tanto clase que oprime, no pueden liberar ni liberarse.

 Paulo Freire, defiende una posición marxista y, con eso, valora a una pedagogía del diálogo en que su método de alfabetización tiende a entrar en armonía con el mundo de los campesinos y otros proletariados explorados por la elite que los domina hasta mismo en su forma de lenguaje. El educador también defiende a una didáctica libertadora, una pedagogía que politiza a los alumnos mientras la alfabetización ocurre.

Nos enseña que, el mismo hombre sea quien busque su libertad y así mismo la ejerza, un ser educado podrá revelarse y defender sus derechos ante una persona que desee violarlo, sin duda alguna la educación es la base de toda libertad, tanto profesional como personal, a pesar de los años y transformaciones en el sistema educativo, nos damos cuenta desde hace cuanto tiempo se ha luchado por la libertad completa del ser humano y su justicia e igualdad ante las diversas clases sociales. Este es el aprendizaje que precisamente muestra “pedagogía del oprimido”.  Las afirmaciones de Freire se sustentan siempre en situaciones concretas, expresan las reacciones de proletarios urbanos, hombres y mujeres de clase media y campesinos. En la educación para la libertad, los educadores y educandos inician juntos, como oprimidos, la tarea histórica de liberarse a sí mismos y liberar a los opresores.

La docencia es una labor muy compleja, pero al mismo tiempo apasionada, cuando se tiene vocación y se asume el compromiso de luchar por mejorar las vidas de aquellas personas que están a nuestro cargo, las cuales depositan toda su confianza en nosotros y nos tienden la mano para que los conduzcamos por un camino lleno de oportunidades; cuando respondemos a esta entrega tan desinteresada y tan necesitada, en ese momento trascendemos. El docente educa cuando cumple adecuadamente con su programa y lo enseña de la mejor manera, pero forma cuando es capaz de despertar en el alumno esa sed de libertad, esa hambre de justicia y ese anhelo de una vida mejor.




1 comentario:

  1. Virginia:

    Es cierto, la docencia es una labor , no solamente compleja sino difícil y desgastante: requiere de mucho esfierzo y dedicación y, si no se esta preparado para ello la frustración y el desanimo se apodera de uno y le hace caer en prácticas autoritarias y aburridas a la vez. Nos tiene que gustar mucho porque si no es así, pierde su encanto, tenemos que muy apasionados con la práctica educativa y disfrutarla para contagiar a nuestros alumnos con el gozomde la vida y el aprendizaje.Muy buen trabajo. Gracias. Eric C.

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